lunes

Baise-Moi…Fóllame.

La madrugada que se encontraron, Manu y Nadine habían pasado un día fatal. La primera había sido violada por conocidos de su hermano, la segunda, después de haber visitado a un cliente en un hotel, tuvo un incidente con su compañera de casa y debió marcharse.
Por diferentes razones, que la película aclara pero yo no quiero hacerlo aquí, las dos deben y buscan salir de su barrio, el cual se ve es un suburbio de clase media baja habitado por desempleados, drogadictos, dealers, sexoservidoras y actrices de películas porno. Las chicas no se conocían de antes pero casualmente buscan un tren a la hora que no hay y ahí solas en la estación deciden ir en coche a París.
Ahí empieza la aventura. Nadine maneja y Manu acompaña. Nadine tienen una cita en otra ciudad y ambas hacen lo posible por llegar, pero en el camino se desata lo que se inició el día que se conocieron: la furia.
Dirigida por Virginie Despentes y Coralie Trinh Thi, Baise-Moi fue estrenada hace diez años y en su natal Francia se exhibió solamente en salas de cine porno. Las escenas de sexo explícito y cámara dirigida a los genitales en acción le valieron la clasificación X.
Sin embargo Baise-Moi no es propiamente una película porno de gemidos exagerados, coito energético, fluidos expuestos, vaginas lamidas y anos penetrados, con mujeres exuberantes de senos operados u hombres de prominentes penes. En esta película la sangre abundante no es de vírgenes violentadas.
Esta es la historia de dos mujeres que llevadas por las circunstancias y sus propias decisiones empiezan a hacerse un tipo de justicia por su propia mano. De alguna manera cobran venganza, no por el terrible día que pasaron, sino por la vida que tienen. No hay un cuestionamiento profundo sobre cierta "condición femenina", más bien es como una versión hard core de Thelma & Louise.
Todo pasa muy atropelladamente. De ser la una actriz de porno y la otra prostituta pasan en cuestión de horas a ser asesinas para después convertirse en una pareja de ladronas, matonas en serie y ninfómanas. Parte de su estrategia es obtener el dinero de la manera más fácil posible y que el sexo no sea otra vez obligatorio ni fingido, sino placentero. Con V de Vendetta empiezan a disfrutar armas, drogas, compras compulsivas y el sexo en colectivo. Se quieren generar una imagen, un estilo de hacer las cosas dejando más que sangre sobre sus escenas de crimen. Hay un viso de atracción lésbica que no se consuma pero que está latente y le da a la película cierta sensualidad.
También hay una escena memorable con Nadine que rafageando a los clientes frecuentes en un bar de sexos y culos al aire deja un cementerio de cuerpos semi-desnudos y semi-venidos. Esa secuencia no tiene desperdicio. Otra en donde Manu descarga su pistola en el ano de un tipo mal educado, al que agarró, digamos, mal parado.
Como en este tipo de películas, la producción no es la gran cosa y en ocasiones parece que esta hecha para mala televisión. Las actuaciones no son de premio Goya pero creíbles y mejores que las de Linda Lovelace (perdón por esta blasfemia). A mi el final me sorprendió.
Con sus "asegunes" tiene su mérito hacer una road movie de dos vengadoras insaciables que por distintas razones terminaron embarcadas en ese viaje que las llevó hasta tocar su propio fondo.
En un antiguo post escribí sobre mi interés por el porno dirigido por mujeres. Baise-Moi que no es propiamente porno si es una buena muestra del tratamiento que dan las mujeres al sexo y al erotismo. Otra vez con retraso, la recomiendo.