Los sueños son otra de las infinitas actividades de la mente. Aunque estas son realizadas en nuestro estado de inconsciencia suceden, es decir toda la gente de este mundo sueña. Por lo mismo los libros sobre sueños –su significado o interpretación- abundan. No soy muy afecta a este tipo de literatura pero me topé con un libro que da un tratamiento a los sueños de índole sexual y no pude dejarlo pasar. Es el “Diccionario de sueños sexuales” de la psicóloga Martha Clarke.
Creo que el mundo onírico
es excitante porque al haber “una relajación inconsciente de las represiones y
los tabúes” todo en ese mundo es posible. Yo sueño todas las noches y en muchas
ocasiones recuerdo haber soñado hasta dos o tres sueños distintos. Según la
autora de cada 8 sueños uno tiene un cierto contenido sexual. Eso no se puede
generalizar porque estoy segura de que por temporadas el 50% de mis sueños
puede tener –mucho- contenido sexual. Y no sólo me pasa a mí.
Dice Martha Clarke que no
todas “las imágenes oníricas que tienen que ver con la sexualidad son
necesariamente representaciones del acto sexual“ y aunque el contenido de los
sueños puede ser distinto a lo que nuestras preferencias indican, en muchas
ocasiones dicho contenido cuestiona nuestros prejuicios o “aflora a partir de
información reprimida”.
A diferencia de las
fantasías sexuales que son explícitas, “los sueños son una puerta abierta a nuestro
inconsciente, utilizan un lenguaje simbólico” por lo mismo la interpretación de
los sueños amerita un análisis de los símbolos y, prosigue la autora, su
interpretación también implica hurgar en nuestro pasado y presente. En el “inconsciente residen
sensaciones, imágenes, paisajes y personas –aleatorias-“, que pueden confluir
en un sueño, por eso mucho de ese contenido viene de la experiencia.
Los sueños nos puede
mostrar cómo nosotros soñadores manejamos nuestra sexualidad, nuestras
emociones y relaciones. La intensidad de los sueños y sus múltiples símbolos
permite entender mejor nuestra sexualidad y de qué forma se integran nuestras
partes femenina y masculina.
En
el libro se señalan 3 tipos de interpretaciones para los sueños sexuales
1) Tiene que ver con la imagen
que una persona tiene de sí misma –de cómo debería ser-, así como de cuáles son
sus necesidades sensuales y sexuales;
2) Se relaciona a las
motivaciones y los aprendizajes que hay en todo sueño sexual;
3) Es una valoración del
equilibrio entre masculinidad y feminidad
En las primeras páginas
del libro Martha Clarke además de dar una serie de explicaciones sobre el mundo
onírico nos propone un manual para explorar los sueños sexuales en caso de que
nos interese saber qué nos están diciendo sobre nosotros:
1) acordarse de lo soñado,
anotarlo en un cuaderno;
2) no olvidar los detalles;
3) anotar las emociones y
4) la lista de símbolos que
aparecen;
5) empezar por el símbolo
más relevante en el sueño, y
6) reflexionar sobre lo que
se ha aprendido acerca del significado del sueño.
Después en 142 páginas se
enlistan de la A a la Z los elementos, símbolos o situaciones recurrentes que
aparecen en los sueños sexuales. De los más comunes y obvios como el falo, la
vagina, los senos, el útero, la cama, la lengua hasta unos que no sabía que
aparecían en este tipo de sueños como el inodoro, el huevo, las rosas, o los
peces y algunos paisajes como la playa o un volcán, se presenta como un listado
más o menos completo si quitamos todas las prácticas sexuales inusuales que
Brenda Love ya enlistó en una enciclopedia (http://cocinaycama.blogspot.com/2010/11/encyclopedia-of-unusual-sex-practices.html).
Debo decir que la
interpretación que hace Martha Clarke de algunos de los sueños sexuales me
parece un poco tradicional en tanto que subyace un imaginario conservador en
cuanto a la vida en pareja y a lo que significa la infidelidad o la monogamia,
la bisexualidad o la “perversión” para cada quien.
Por ejemplo, la
interpretación que da sobre los sueños en donde somos o nos son infieles
refiere a que “indica cierta decepción. Si es nuestra pareja quien nos engaña,
el sueño denota desconfianza y miedo al abandono”. Me parece que esta es una
respuesta obvia para quienes creen en la fidelidad. Otra interpretación elemental
es la del sueño sexual –muy recurrente también- con gente más joven que según
la autora indica “un anhelo de renacimiento íntimo y personal, una fuerza y energía
desbordante que aparece tanto en nuestro
universo onírico como en la vida real”. Prosigue la autora, (si el sueño
sexual) “es con alguien mayor, evidencia una necesidad de protección, seguridad
y tranquilidad”.
Quienes tenemos otras
ideas sobre el sexo en pareja, o le damos distinta importancia a la edad de
nuestros compañeros sexuales, además de tener muy claras nuestras propias
necesidades sexuales, requerimos otro tipo de interpretaciones que trasciendan
las dicotomías fiel/infiel o heterosexual/homosexual, pervertido/conservador,
activo/pasivo, etc. Dudo mucho que mis sueños recurrentes en los que Jack
Nicholson –viéndose de 50 años- me hace todo lo que quiere tengan que ver con
un deseo reprimido de ser protegida o exprese una inseguridad que anida en mi
interior. Los sueños en los que participa un chico que se ve de 20 quizás si
expresan esa “fuerza desbordante” que tengo a mis 36 años.
No obstante el
diccionario contiene algunos símbolos interesantes que aparecen con cierta
frecuencia en sueños sexuales propios y ajenos:
Baile
“Bailar es un acto
ritual, y cuando aparece en sueños puede sugerir los juegos preliminares
típicos antes de una relación sexual. Cuando bailamos estamos felices, y si lo
hacemos en pareja puede resultar un acto muy íntimo y sensual. Por eso, bailar
con alguien durante el sueño indica que nos atrae esa persona y que buscamos un
contacto más estrecho con ella. El ritmo del baile soñado también muestra
nuestra actitud hacia el sexo y la sexualidad”.
Dragón
“Un dragón puede
representar en sueños una pasión desenfrenada o una persona dominante. Si una
mujer sueña que domestica a esta mítica criatura normalmente representa la
superación de sus propios miedos y dudas, en especial en el ámbito sexual. Si
es hombre, tiene relación con su deseo de subyugar la pasión femenina”.
Espejo
“En sueños sexuales,
mirarse en el espejo puede indicar un tipo de narcisismo que sería autoerótico
u homosexual. Existe una creatividad que surge de la contemplación de uno
mismo. Ello nos permite crear desde un espacio interior aquellas relaciones que
necesitamos para vivir de forma tan plena como podamos”.
Huracán
“Un huracán puede
representar el poder de nuestra propia pasión. El sueño nos hace sentir que
somos arrastrados por las circunstancias o por la pasión de otra persona. Puede
que no sepamos manejar los resultados de esa pasión y sintamos que puede
provocar dolor en los demás. Soñar con huracanes refleja la inconmensurable
fuerza de dicho fenómeno en nuestras vidas, algo que escapa todo control y
resistencia. También puede representar un gran obstáculo que debemos superar,
una especie de prueba o reto”.
Sacrificios
“En los sueños sexuales,
los sacrificios suelen mostrar la necesidad de hacer algún tipo de homenaje.
Puede ser tanto el homenaje a la persona como transformar el mismo acto sexual
en un acto de adoración. Esto sugiere que el soñador es conocedor de la
necesidad de un elevado estado de conciencia para llevar a cabo el acto sexual.
Representa la concurrencia de lo sagrado y lo profano.”
Toro
“El toro es un animal que
representa el principio masculino y la fertilidad, por lo que alude a un tipo
de sexualidad más agresiva y tenaz. En sueños, el toro puede significar también
algún tipo de frustración sexual (producto) de nuestra propia incapacidad.”
Los sueños sexuales –que
generalmente son gozosos o si no serían pesadillas- además de cuestionar
algunos prejuicios o expresar insatisfacciones o deseos reprimidos –como dice
la autora del diccionario-, nos deberían de enseñar algo de nosotros mismos. ¿Tal
vez hay algo que quisiéramos probar y no hemos hecho aún? ¿Lo que hacemos en
los sueños lo podemos hacer en la “realidad”? O quizás ¿es sólo en ese mundo
onírico en donde nos encontramos como queremos, con quien queremos y de la
forma que queremos? ¿Por qué no creer que nos podemos conectar con una o varias
personas en ese nivel de la “consciencia” inconsciente?
Creo que los sueños no se
deberían de quedar en ese estado que nos atrapa como Júpiter a Antíope. Para
ser seres más completos y felices tendríamos que aprender a soñar con los ojos
abiertos y a cumplir, creer, sentir y disfrutar todo lo bueno que esos sueños
nos traen.
Martha
Clarke, Diccionario de los sueños sexuales, Oceáno-Ámbar, Barcelona, 2010.