sábado

La gata bajo la lluvia

Detalles más que menos, siempre son iguales: son sueños con mis ex amantes. Cada sueño un viejo conocido. Sin embargo mis sueños mezclan distintos pormenores: el italiano que conocí en Guadalajara aparece en Argentina, el argentino de Holanda aparece en Madrid, el vasco de tres noches en San Sebastián se aparece en Berlín, el ruso que conocí cuando vivía ahí se aparece en Inglaterra, mientras que el inglés que estuvo visitando mi cama en Oaxaca aparece en Praga. Y así sucesivamente: hombres, situaciones, ciudades y camas diversas. Nada como recuerdo que sucedió.

En ese plano de inconsciencia el vasco y yo vamos a un restaurante turco y terminamos en un parque de Kreuzberg escondidos entre los árboles y desvistiéndonos en medio de la oscuridad. Con el inglés me encuentro en el molino checo que me hospedó durante una de mis visitas. Existe, pero ahí jamás pude coger, hacía demasiado frío. El argentino y yo nos fuimos de tapas y vermuts para terminar en un departamento del barrio de Chueca, que de hecho pertenece a una amiga mía y en donde nunca estuve con un hombre, pero con una mujer. Y así las combinaciones se repiten. A la gran mayoría no los he visto en años, algunos los tengo en FB, pero de algunos no tengo su correo electrónico, vaya! de otros ni siquiera del nombre me acuerdo.
Sin embargo últimamente están ahí rondándome por las noches, aprovechando mi pesado sueño y metiéndose en él para volver a penetrarme. Generalmente son los últimos sueños, los que se aparecen cuando estoy a punto de despertar. No despierto mojada, ni tampoco con la mano entre las piernas, pero despierto desconcertada, “acabo de soñar con el griego”…y después me pregunto sobre el significado de estas imágenes.
¿Por qué sólo sueño amantes y no a parejas estables? ¿Por qué siempre me sueño en situaciones que terminan en sexo? ¿Qué significan? Del sueño no recuerdo las conversaciones, aunque me veo hablando con ellos ¿platicamos? ¿qué nos decimos? Ni idea.
Pero en estos sueños -sin excepción- me veo desnuda, arriba, abajo, de lado, hincada, en cuclillas, en manos y rodillas…y ellos ahí, abajo, arriba, atrás, de pie.
Soñar con hombres que no conozco, fantasear con desconocidos o con famosos inalcanzables me ha pasado toda la vida, pero jamás con un grupo de hombres que si conocí y tuve a un lado ¿habrán sido tan buenos amantes? Algunos si, otros….los sueños no pueden estar expresando falta de apetito o insatisfacción sexuales.
Pero ese grupo de amantes ocasionales apareciendo me intriga.
¿Será sólo una etapa de la vida de todas las mujeres?
Una amiga me dijo que extrañaba la putería. Cabrona.
He pensando que posiblemente a la mitad del trayecto entre los 30 y los 40 años se empieza a sentir nostalgia por algo que ya no se puede recuperar. Hay mujeres que la sienten por su juventud, su energética presencia, el grupo de amigas que ya no frecuenta, el físico esbelto de los 20 años, su personalidad avasallante, su título de señorita simpatía, sus años de universidad, el ánimo para la fiesta, etc.
Nunca fui un party animal, mucho menos una come-hombres, pero tal vez extraño mi extinta facilidad con la que conocía a un hombre que me gustaba y terminaba con él bien adentro. Me pasó tantas veces y hace tanto que no me pasa. Será añoranza por lo que sentía al despertar en la cama con un semi-desconocido, desnudo, que desparecía al poco, muy poco tiempo. Será morriña por esa satisfacción de sentir una piel distinta, un olor diferente, un sabor variado cada tanto y no repetir. Será que ansió el placer, ese que se siente, efímero, las primeras veces en la etapa del descubrimiento cuando no se sabe nada del otro y todo es pura novedad, nuevo conocimiento, ¿extrañaré la locura en las que tantas veces me monté? Será temor porque no me sucede más, ¿me sucederá otra vez?
Al parecer me quedan estos sueños, que ahora son de cada noche con un hombre diferente. Partiendo de la cantidad que son podré tener estos sueños irrepetibles por varias semanas más.
¿Qué significan esas imágenes que aparecen cuando tengo los ojos bien cerrados?
Tal vez debía pedirles un segundo round, una oportunidad, tal vez tengo que “cerrar círculos”, o al menos tener una despedida menos apresurada y recordar sus nombres. Tal vez los debería localizar, pedirles, como dijo la Dúrcal,: “si alguna vez nos vemos por ahí, invítame un café y hazme el amor y si ya no vuelvo a verte ojalá que tengas suerte”.
Porque así me sueño últimamente: como gata bajo la lluvia
…maullando.