domingo

La CazaClub. Cocina Regional y Mixología


Cuando un cocinero talentoso e innovador (Humberto Avilés), un diseñador creativo y divertido (Gabriel Herrera) y un arquitecto con visión y buen gusto (Omar Monroy) se reúnen para iniciar un proyecto culinario, el resultado solamente puede ser excepcional. Así es La CazaClub, un restaurante inaugurado recientemente en la colonia América en la ciudad de Tijuana.

La apuesta de estos socios y amigos es una cocina innovadora que recupera técnicas culinarias tan básicas como la cocción al carbón y a la leña y el uso de productos locales y regionales que hacen del menú una selección variada de platos bien elaborados, ricos en sabores y con presentaciones impecables. Así lo muestra la comida que hice durante mi primera visita.

Mi experiencia sensorial inició con un panucho de pato realizado a la usanza tradicional yucateca. Una base de masa de maíz tipo gordita,  pato desmenuzado y marinado en abodo servido con cebolla morada desflemada con limón y un untado de frijoles. La bienvenida fue grata pues el pato es una de las carnes que más me gusta y los panuchos una versión de antojito popular que disfruto enormemente. Para acompañar me hice servir un chenin blanc 2011 llamado La Niña L'Blanc de Alberto Gassol que resultó un sencillo pero fresco y nada complicado acompañante.

Después seguí con la almeja gratinada en su concha con queso de Real del Castillo. Elaborado en Baja California, cerca de Ensenada, este queso se ha ganado ya su denominación de origen y resalta por su textura cremosa, un aroma muy intenso y un sabor fuerte. El queso estaba perfectamente gratinado sobre pedazos de almeja y retazos de tocino que redondean el ensamble del marisco y el queso. Además se colocan unas gota de aceite con chiles que una vez mezclado deja en el paladar una sensación equilibrada de los sabores del molusco, la sal del tocino, la intensidad del queso y el picor del aceite.



El siguiente plato es el consentido de La CazaClub. Varias referencias lo tienen como el "must try" del lugar y no es para menos. Es el pulpo cocinado a las brasas con una salsa de hierbas y servido en una cama de chicharrón de puerco en trozos coronado con cilantro y limón. Lo sirven acompañado de un cremoso de aguacate, un cremoso de achiote y tostadas. La carne del pulpo se siente firme, jugosa y bien cocida por dentro mientras que está dorada por fuera. Una cocción y sazón perfectos que combinan en términos de textura con lo crujiente del chicharrón, el gusto ahumado de las brasas y los sabores de los dos cremosos. Por la contundencia considero que esta pensado para ser compartido. El pulpo a las brasas es un platillo único pero no debe ser comido como único plato.

El plato fuerte fue carne roja. Mi antojo fue homenajeado con la costilla cargada que es otro de los platos predilectos de la reciente pero fiel clientela del lugar. Servida en su jugo en una cama de frijoles de la olla, la carne es de excelente calidad y la perfecta cocción se intuye en horas pues su textura se deshace en la boca. Me tocó un pedazo que dejó el hueso en otra parte. La salsa que la acompaña incluye tomate verde, cebolleta de cambray y chiles serranos. Sin embargo, no es un plato picante. Para acompañar cambié a un vino tinto llamado Selección de Barricas 2011 de Las Nubes, casa del Valle de Guadalupe. Un vino nuevo hecho con cinco uvas que presenta un gusto seco e intenso que me parece combina tanto con carne como con pastas y quesos.

Para cerrar la experiencia gastronómica el postre fue helado. Una mitad, una deliciosa crema michoacana y la otra una deconstrucción de chocolate Reese's con retrogusto a cacahuate. Así el broche de oro resultó de Oro. Se sirve en una cama de mazapán y se corona con pipitoria en trocitos. El maravilloso secreto está en la bebida que la acompaña -si así se desea-: una Brutal Stout Imperial de la cervecería Border Psycho con 10.5% de alcohol de la que se debe tomar un trago una vez que se tiene la combinación de helados en la boca. El resultado es alucinante!


El mejor digestivo para mi siempre será un café. La CazaClub ofrece en su segundo piso un ambiente cómodo y funcional para disfrutar una de las mejores bebidas del mundo. Es un espacio para ir a trabajar, relajarse y platicar de la excelente experiencia culinaria que se puede tener en la planta baja. Mi final sentada en un sofá en un agradable escenario y compañía familiar, con un café proveniente de Veracruz no pudo ser mejor.

La CazaClub en su conjunto es un espacio que combina una cocina innovadora y conciente, un proyecto que apoya proyectos enológicos, cerveceros y alimenticios locales y regionales en un espacio de buen gusto, excelente ambientación e impecable atención.

Fue un placer conocer este nuevo proyecto emprendido por tres amigos y socios que están apostando porque Tijuana y la cocina de la región se consoliden como destinos gastronómicos internacionales. Con propuestas como la de La CazaClub que lo vayan a lograr está fuera de toda duda.

La CazaClub
Miguel Alemán 2612
Colonia America
Tijuana, Baja California
https://www.facebook.com/la.cazaclub?fref=ts

sábado

El proyecto que se nos fue

Hoy Enrique Peña Nieto tomó protesta como nuevo presidente de México. No escribiré aquí ni sobre la forma y ni sobre el fondo que le permitieron llegar a la silla presidencial.

Sin embargo de entre muchas de las preocupaciones que a mi me rondan –además del excesivo poder que se le dará a la Secretaría de Gobernación y de la poca experiencia y preparación que priva en casi todos los miembros del gabinete- resalta lo relacionado al desarrollo rural, la política social para el campo y la producción de alimentos.  Durante su campaña EPN hizo poca mención sobre estos temas, con excepción de la reiterada promesa de “modernizar al campo” -cualquier cosa que eso pueda significar-.

Los nombramientos de Enrique Martínez y Martínez y de Jorge Carlos Ramírez Marín, como nuevos secretarios de la SAGARPA y de la Secretaria de la Reforma Agraria, evidencian el desinterés, la poca importancia y la nula preocupación que el nuevo gobierno tiene sobre el desarrollo rural, la actual situación del campo y la producción de alimentos.

La SAGARPA es la secretaria que elabora, planea e implementa proyectos relacionados al desarrollo de la agricultura, la ganadería, la pesca y la alimentación. En teoría es la instancia preocupada por promover, fomentar y defender la producción nacional para el mercado interno y externo.

En la práctica –y especialmente en el último sexenio- fue todo lo contrario al grado de promover permisos para que empresas transnacionales experimenten con cultivos de soya y maíz transgénicos en varios estados de la República amenazando la producción nacional y las variedades de maíces criollos. En la práctica ha sido la Secretaría que ha hecho caso omiso a las demandas que provienen del campo y de la costa avalando el recorte a subsidios oficiales para incentivar la producción de alimentos. En la práctica no se opone a la privatización de las industrias nacionales en detrimento de familias rurales y obstaculiza cualquier cambio que promueva mayor soberanía alimentaria. En la práctica implementa programas paternalistas y paliativos que reproducen el grave rezago que enfrenta el medio rural, pesquero y de producción de alimentos.

Estos nuevos nombramientos deberían de preocuparnos. Enrique Martínez y Martínez es un economista quien afiliado al PRI ha ocupado algunos cargos relacionados a la administración estatal de Coahuila, incluyendo la gubernatura antes del periodo de los Moreira. No se consigna que haya hecho algo particularmente novedoso o innovador en ese respecto en el estado de Coahuila.

Por otro lado en el currículo de Jorge Carlos Ramírez Marín no se registra experiencia alguna en el área del desarrollo rural o de la resolución de conflictos relacionados al ejido, la propiedad comunal o privada de la tierra. Ninguno de los dos ha formado parte de comisiones responsables de estos temas en alguna de las cámaras. En sus historiales no se menciona ningún tipo de experiencia relacionada al desarrollo rural, pesquero, ganadero o de la producción alimentaria. Carecen de experiencia y, yo infiero, también de conocimiento.

No ubicar a expertos en la materia en secretarías como SAGARPA y de la Reforma Agraria indica que para el nuevo gobierno los temas de desarrollo rural, el rezago del campo y la producción de alimentos no son prioridades de la nueva agenda y proyecto de nación.

Esto resulta sumamente peligroso. La tendencia de los gobiernos pasados ha sido fortalecer la dependencia alimentaria de México especialmente hacia Estados Unidos. Importamos cantidades escandalosas de maíz, pollo, verduras y frutas que en México se podrían producir o que se producen sin redituarle al campesino ganancias justas.

México se subordina a políticas externas para producir, certificar, importar y exportar diversos alimentos, dejando al productor nacional en total desventaja frente a productos extranjeros que entran a bajo costo pero de mala calidad, o encareciéndolos, como el caso de las fresas mexicanas que cruzan la frontera norte para regresar a México empacadas a un precio a veces inaccesible.

Un país que no es soberano en sus formas de producir alimentos y alimentarse condena a su población rural a la pobreza, y al resto de la población a mal alimentarse, a disminuir el consumo de ciertos alimentos, a la desnutrición y al consumo en masa de comida chatarra.

Con los nombramientos de Enrique Martínez y Martínez  y Jorge Carlos Ramírez Marín se manifiesta la poca o nula importancia que el nuevo gobierno le dará al sector y que ambas Secretarías seguirán funcionando como hasta ahora: en la improvisación, la superficialidad y atendiendo intereses ajenos a los de la población rural relacionada a la producción de alimentos.  El plan de desmantelamiento del campo mexicano parece que seguirá vigente. Es parte de los puntos imperativos que incluyó el TLC y que es fundamental para consolidar el proyecto neoliberal en marcha.

Algo tenemos que hacer los interesados en estos temas desde varios frentes para incentivar y promover la producción local y una mejor alimentación. Un país dependiente hasta de los alimentos que su población consume es vulnerable por todos los flancos.

Hubo, antes de la elección del 1 de julio pasado, una esperanza al respecto con un proyecto de nación que incluía en su punto 9 un plan para rescatar al campo y apoyar la soberanía alimentaria.

Si no empezamos a tomar conciencia sobre todo lo que no cambiará a partir de hoy, producir nuestros alimentos de manera sustentable, aliviar el rezago de la población rural, resolver los conflictos de tenencia de tierra que paralizan la producción en el campo, pagar precios justos tanto para el productor rural como para el consumidor, alimentarnos y nutrirnos será “el proyecto que se nos fue”.



martes

Entre cabrito y mezcal Los Danzantes. Una comida dominical en Tierra del Sol


 
En la Villa agroecológica de Tierra del Sol se vienen realizando desde hace meses comidas dominicales que siempre se antojan pues Melissa Mena -quien coordina estos eventos- cuenta con tres elementos fundamentales: la creatividad y el talento de los chefs de la zona, la calidad de los productos orgánicos que se cultivan en Tierra del Sol y el entusiasmo sibarita que caracteriza a la gente de por aquí. 

Yo lamentablemente había dejado pasar otras oportunidades pero para el pasado domingo 18 si reservé dos lugares. La invitación sonaba a tentación: Maridaje de cabrito orgánico con mezcal de la destilería Los Danzantes. Un menú de cuatro tiempos con sus respectivos mezcales rodeado del paisaje de Tlacochahuaya, Oaxaca.

Los Danzantes-Oaxaca es uno de mis restaurantes favoritos. Lo conozco desde hace 5 años, he probado varios de sus platillos desde las entradas hasta los postres y siempre he salido complacida de su hermoso lugar en la calle de Macedonio Alcalá. Además sus mezcales gozan de muy buena reputación, entonces el evento garantizaba una excelente comida rodeada de las nubes de los valles centrales de Oaxaca.
 
Víctor Orozco, quien trabaja para la destilería de Los Danzantes, se encargó –con ayuda de varias manos femeninas- de la elaboración del menú. Me llamó la atención su tienda de campaña instalada afuera de la cocina. Después supe que fue parte de su estrategia vigilar cada hora la cocción del cabrito durante toda la noche anterior pues este estuvo dentro de un horno ubicado en el patio. La noble carne de cabrito agradeció ese cuidado trasnochado.
 



El primer tiempo que se nos ofreció fue un consomé de cabrito con verduras mixtas y un crocante con mousse de pimientos. El consomé tenía un sabor delicado que resaltaba el té limón y el jengibre. No me dio la impresión de que se hubiera cocido carne en agua para hacerlo, su sabor era del jugo que suda el cabrito al ser cocinado. Quizá me equivoque pero hasta el olor denotaba una delicadeza poco usual cuando se cocina cabra, cabrito o chivo. Las verduras en el consomé eran calabacín, cebolla blanca y berenjena. El color de una rodajita de naranja le dio a la presentación un lindo toque. El consomé se acompañó de una pieza de pan tostado con mousse de pimientos amarillo y rojo -los cuales tenían una consistencia gelatinosa- coronado con una espolvoreada de fritura (tipo machaca o carne seca) de cabrito. El mezcal danzantes joven  ayudó a preparar el estómago y abrir el apetito. 


El segundo tiempo fue una especie de tinga de cabrito cocinado con chutney de Jamaica. La carne estaba finamente desmenuzada servida sobre una hoja de lechuga coronada con arándanos y almendras tostadas. Fue un plato servido a temperatura ambiente, de color morado y suave consistencia. Una vez más la lentitud en la cocción de la carne se expresó en su sabor. Para este plato nos sirvieron el mezcal Alipús San Baltazar, un viejo conocido mío.
 



El gran señor de la tarde fue el plato fuerte. Pequeños pedazos de carne de cabrito en su jugo acompañado de un glaseado de betabel y rábanos especiados con canela, cardamomo, clavo y pimienta. De guarnición dos purés de camote, amarillo y morado. El cabrito estaba cocido en su punto y el glaseado sólo resaltó su sabor. Muy pocas veces disfruto comer betabeles o rábanos cocinados, pero con esa carne y su glaseado hubiera pedido otra porción. A pesar de la presencia de las especies ninguna sobresalió más que el sabor de la carne. Los purés de coloridos camotes, además de darle al plato una linda presentación, fueron pertinentes compañeros. El mezcal que acompañó al gran señor fue una producción especial de mezcal del maguey San Pedro que igualmente se destila en Los Danzantes. 


Después de una pausa para disfrutar un poco la vista y el cigarro llegó el último tiempo que como siempre es dulce. Nos sirvieron un Deleite de maracuyá sobre Tierra del sol: una panna cotta de la exótica fruta que yo especialmente disfruté porque me gusta mucho la maracuyá. Estaba coronada con una ciruela pasa. La Tierra del sol era una especie de jarabe de cacao, en el que identifiqué ralladura de limón y naranja, lo que me parece le dio un toque un poco ácido para mi gusto. Pero pensando en la presencia de algunos toques del tipo especialmente en el consomé y en el segundo tiempo consideré que quizá era parte del concepto del menú. Yo prescindí del jarabe. Para acompañar el postre nos ofrecieron un mezcal Danzantes reposado, que no conocía y fue el que más me gustó de los cuatro que probamos.

 
Comentamos con los compañeros de mesa que quizá el maridaje con mezcal era “un poco demasiado mezcal”. Pero después de pasado un tiempo la digestión agradeció mi ingesta de tan especial bebida durante la comida que acompañé con sendos tragos de agua de lima-limón.

Una vez bebido el café llegó la hora de la retirada pues estaba oscureciendo. Intuyo que el frío nocturno en esa parte de los valles centrales puede ser poco piadoso. Por eso el horario de estas comidas dominicales resulta el adecuado. El servicio es de 2 a 5 de la tarde, justo cuando en este horario de invierno el sol regala una luz espectacular. Hay tiempo para pasear, tomar fotografías, platicar mientras se bebe y come y conseguir el aventón de regreso.

En cualquier parte del mundo siempre es un bálsamo salir de la ciudad y pasar un domingo disfrutando los paisajes mientras se disfrutan manjares. Las comidas dominicales en Tierra del sol son un buen escenario: promueven el consumo de productos orgánicos y locales, la socialización entre gente que no se conoce y la visita a un lugar tranquilo para respirar aire fresco. 

Ojalá las comidas dominicales organizadas por Melissa en Tierra del Sol sean todas tan exitosas como la que me tocó presenciar. Yo vi muchas sonrisas provocadas por estómagos agradecidos y corazones contentos.


Informes sobre las comidas dominicales y la villa agroecológica Tierra del Sol:
Los Danzantes Restaurante y Destilería: losdanzantes.com
Agradezco a Francesco Rucher las fotografías: 
http://www.flickr.com/photos/rucher77/sets/72157629529268490/

sábado

Emmanuelle y Sylvia Kristel




Basada en una novela publicada en 1967 y firmada por Emmanuelle Arsan -el pseudónimo de Marayat Rollet-Andriane o de Louis-Jacques Rollet-Andriane-, en 1974 fue estrenada en Francia la película Emmanuelle. Después de haber sido vetada unos meses, su éxito en Francia fue rotundo (durando, dicen, 13 años en cartelera). 

Recuerdo que la historia que se nos narra comparada a la pornografía que ahora se ve queda pertinentemente etiquetada en el género erótico soft-core: Una joven y bella Emmanuelle toma un avión a Bangkok para reunirse con su marido, un diplomático francés. En el vuelo tiene experiencias sexuales con dos desconocidos (no recuerdo si simultáneos o sucesivos). Al llegar a Tailandia, entre tiempo de aburrimiento y encuentros con la comunidad de occidentales establecida ahí, Emmanuelle se siente inspirada por una mujer que se encuentra -o que espía- en una piscina. Esto desencadena una serie de reuniones eróticas con mujeres que se masturban y se comparten y que termina en un paseo con Mario -el amante de una de estas mujeres- quien lleva a Emmanuelle a experimentar desde el sexo impersonal, involuntario y violento (hay una escena de violación que Mario testifica) al placentero y voluntario con un boxeador desconocido que gana una pelea al que Emmanuelle le lame la sangre de las heridas en la cara para después dejarse hacer. Entre tanto Jean, el esposo de Emmanuelle, tiene también sus encuentros sexuales con otras mujeres.

Como las películas de este género los personajes además de desnudarse y entregarse a los placeres de la carne, también sostienen conversaciones. Supongo que para la época pudieron llamar la atención las que sostenía Jean con Emmanuelle, animándola este para que tuviera experiencias con otras mujeres y después con Mario. Y otra en la cual Mario conversando con Emmanuelle le habla de la caducidad de la monogamía y de lo urgente que es dejarse llevar por el deseo para disfrutar el sexo completamente sin tabúes ni culpas. Estas conversaciones presentan a Emmanuelle como una mujer inocente e ingenua que llega de Francia a descubrir un mundo nuevo en el sureste asiático para el cual requiere de un intenso entrenamiento. La escena final es, al respecto, muy elocuente.


Además de romper con algunos esquemas sexuales de la época al presentar a un matrimonio libre de prejuicios y códigos morales y la bisexualidad como una práctica cotidiana, algo que llamó la atención de la película fue la elegancia de las escenas y de las tomas que no tenían un contenido sexual. El director Just Jaeckin filmó con el efecto conocido como "soft focus" que le dio a la película una atmósfera muy cachonda que en ocasiones combinaba, pero en otras contrastaba, con la melancólica música de Pierre Bachelet. Para mediados de los años 70 una parte del mundo había visto Deep Throat. Era de esperarse el éxito de Emmanuelle -como su contraparte "soft"- hasta convertirse casi en una franquicia.





Sylvia Kristel (Utrecht, 1952-Amsterdam, 2012) filmó la segunda y tercera y apareció en la cuarta y séptima (en un papel que no incluía escenas sexuales) partes. Se hizo una versión de Emmanuelle con una actriz negra y una serie (Emmanuelle in space) con Krista Allen (las cuales jamás he visto). Y la saga sigue su curso con la nueva serie Emmanuelle Through Time: Emmanuelle's Forbidden Pleasures, que está por estrenarse.

A pesar de haber hecho un montón de películas antes y después de este exitoso papel, Kristel, se inmortalizó convirtiendo el nombre Emmanuelle tanto en sinónimo de erotismo como en adjetivo ("hacerlo a la Emmanuelle", aunque  esta frase ya no se usa más). Kristel con una linda cara, piel clara y hermosa figura representó la imagen de una sensualidad nunca antes vista hasta entonces y, en mi opinión, pocas veces vista hasta ahora.

Como suele suceder con quienes mueren olvidados cuando alguna vez fueron famosos, ahora que la actriz holandesa ha muerto -y este hecho se volvió noticia mundial-, seguramente abundarán los curiosos -pertenecientes a la nueva generación que la desconocían- que la harán en poco tiempo nuevamente un ícono. Y no es para menos porque si -como se escribió en estos días- Sylvia Kristel fue "la James Bond del porno", en esta analogía fue Sean Connery, "porque nadie lo hizo mejor".



Para seguir en el tema: 
Emmanuelle: The Joys of a Woman (novela, 1967)
Undressing Emmanuelle: A memoir (autobiografía, 2006)
Emmanuelle: A Hard look (documental, 2000)

La luna en mi...

Un documental para entender y valorar la renovación mensual de nuestro ser femenino, sus fuerzas, poderes y energías...

La luna en ti (Un documental de Diana Fabiánová) from Turkestana on Vimeo.

domingo

Sexo por teléfono



  Según la Wikipedia, el sexo por teléfono es “un tipo de sexo virtual que refiere a una conversación de sexo explícito entre dos o más personas vía telefónica, especialmente cuando al menos uno de los participantes se masturba o fantasea sexualmente…-estas conversaciones- toman formas distintas que incluyen: sonidos sexuales, narraciones y sugerencias, anécdotas sexuales y confesiones, expresiones cándidas sobre sensaciones sexuales o amorosas y una discusión muy íntima sobre asuntos sexuales muy personales…El sexo por teléfono existe en el contexto de una relación íntima (entre amantes distantes) o como una transacción comercial entre el/la cliente que paga y el/la profesional que es pagada”.

Cuando me registré en una de las muchas páginas de sexo por teléfono lo hice por curiosidad. No puse ninguna foto mía y me limité a llenar los datos requeridos: nombre de usuario, sexo, edad, ocupación y estado civil. No mentí en ninguno de ellos. En el espacio que había para comentarios escribí “soy multi-orgásmica y tengo una imaginación infinita”. Quizá fue eso lo que prendió la libido de mi primer solicitante.

Una vez registrada el perfil de la persona es compartido a otras personas con un perfil similar en el rango de edad y la ocupación. A mi también me llegaron algunas opciones. Es imperativo un mensaje previo a la llamada para acordar la cita. La persona que quiere tener sexo por teléfono llama a un número de teléfono 01 900 y de ahí lo comunican a la persona con la que quiere hablar. Los números de teléfono son información confidencial hasta que las personas lo decidan. La persona que solicita la llamada paga el monto de la misma. Una vez acordada la cita se espera a que suene el teléfono. No hay intermediario ni operadora. 

Acordamos la cita para un miércoles a las 10 de la noche. Durante el día estuve especialmente inquieta. Me imaginé las cosas que podría decir sin pudor y sin recato. Pensé en la opción de que no me excitara la experiencia, de que del otro lado del teléfono estuviera un tipo poco interesante, sin sentido del humor y de desagradable físico. Eso no lo podría saber. Me distraía la idea de cogerme virtualmente a un completo desconocido.

Se hizo de noche. Sonó el teléfono puntualmente. Contesté y del otro lado de la línea una voz masculina me dijo: “¿Lista para venirte diez veces?”. No estaba esperando un saludo tan elocuente, mucho menos que no hubiera un preámbulo. Escuché una voz gruesa, segura y calculé un hombre de poco más de 40 años. Pasaron unos segundos antes de que pudiera ordenar mi respuesta. Pensé que la persona con la que hablaba estaba segura de lo que quería y cómo lo quería. La sorpresa me animó a contestar: “Si, lista. Y tu ¿estás listo para venirte en mi boca?” Silencio.

Apagué la luz para evitar ser espiada por los vecinos. Me relajé en mi silla de trabajo y me acerqué la copa de vino tinto para mojarme los labios; él escuchó la actividad. Le dije que estaba tomándome un vino. Necesitaba una bebida que desinhibiera mi inexperiencia. Aceptó que no es su bebida favorita, “me emborracha pronto y me duerme”. Pensé que cada sustancia nos provoca distintas reacciones según el cuerpo y el espírtu. A mi el vino en una cantidad moderada me provoca e inspira. Le pregunté si él tomaba algo en ese momento. “No, estoy sin ropa en mi cama, esperando verte el culo”. Su seguridad me embriagaba, se me estremeció el cuerpo.

A pesar de que el corazón me latía de nervios, decreté que no se expresarían. Respiré profundo y cerré los ojos. Me preguntó algunas cosas: “¿qué traes puesto?, ¿dónde estás?, ¿qué ves desde ahí?, ¿estás sola?, ¿cómo te sientes?”. Mientras contestaba iba imaginando a un hombre alto, de complexión gruesa, con una panza propia de su edad, de tez clara y vello discreto en pecho, brazos y piernas. Imaginé que no se había rasurado y que ya se había quitado los lentes que seguramente necesita durante el día. Subí los pies separados a la mesa en donde generalmente realizo actividades más intelectuales. Cuando me hizo la última pregunta contesté sin mentir: “mojada”.

Entonces tomé la iniciativa. Le describí lo que estaba haciendo con voz serena y ritmo moderado, haciendo pausas para chuparme y morderme los labios. 

Te estoy besando el cuello y bajando la lengua por el pecho. Te muerdo los pezones y te los lamo. Mi mano derecha está buscando tu entrepierna. Encontré un botón y una cremallera de pantalón. Mientras me entretengo con tu pecho, hago lo necesario para liberarte. Abro tu pantalón, te toco por encima del bóxer: “¿usas boxers verdad?”. Asintió. Puedo sentir que reaccionas a mi mano. Sigo pasándola por arriba de la tela, “¿no quieres revisar cómo estoy yo?”.

Dijo que buscó con su mano mis muslos. Con sus dedos fue recorriéndolos hasta detenerse frente a mi vulva. Pasó uno de los dedos por el encaje negro. Le pedí que me tocará sobre la tela, que jugara con el hiladillo rozándome con él la parte interna.

Proseguí en la narración con el ritmo aún más pausado. Yo ahora te agarro el pene con las dos manos. Ya está en forma. “Eres rápido. Está firme...estás durísimo”. Voy a bajar a presentarme. “Mmm, qué lindo mi nuevo amigo, ¿me dejas darle un beso?”. 

La voz del otro lado del teléfono apenas pudo contestar. Repetí la pregunta. Escuché un “si”. Abro la boca y con las dos manos me introduzco tu pene. Junté saliva suficiente para darte la bienvenida. Encuentras un hueco tibio y húmedo, amable. Mi lengua se pasa por todo el músculo erecto. Siento que empieza a palpitar. Palpitas. Te beso el glande con tranquilidad. Paso la punta de la lengua por todos sus contornos. Me lo meto en la boca poco a poco y procedo a engullirlo. Se humedece todo alrededor. Te acaricio los testículos y gracias a la mezcla de sudor y saliva puedo deslizar con facilidad mis dedos hasta llegar a la puerta de tu ano. Te toco. Te penetro poco. Te gusta. Te chupo. Te lamo. Te…

Me interrumpe. Dice que quiere chuparme el coño. Me pide que me voltee, que me ponga de rodillas y manos. Mete su cabeza en medio de mis nalgas. Dice que con la lengua llega a la entrada de mi vagina –recién depilada- que se abre sola como una flor carnívora. Me mete la lengua y la pasa por todos los contornos. Encuentra esa pieza chiquita y endurecida que reacciona ante los impulsos de un músculo oral ajeno, móvil y rápido. 

Dice que con ella me siente el clítoris mientras me introduce un dedo en el ano. Me imagino en sus palabras mientras yo mantengo ocupados los dedos de una mano. Me acaricia los bordes de la vagina. Introduce uno o dos dedos y busca ese botón mágico que encuentra firme y quisquilloso. Apoyo mi mano contra la vulva. Me presiono el clítoris por fuera. Insiste en chuparme toda y todo. Y yo empiezo a insistir en que me penetre. Me pide que se lo diga de otro modo. Me inhibo. Me dice lo que quiere que le diga.

Trago saliva, después un trago de vino. Cierro los ojos. Me dejo ir. Gimo. Siento que está detrás de mi y le digo, en voz baja: “quiero que me metas la verga ya”. Se niega. Dice que me la va a meter por el ano. Yo me niego. “Por el ano no, por favor”. Dice que me llena el ano de saliva, que primero me mete los dedos y después el miembro. Me promete un orgasmo. Le hablo de mi temor: "está muy grande, me vas a lastimar". 

Mi mano empieza agitarse por los efectos de esa imagen en mi cabeza. Dice que lo hará despacio, que es de a poco a poco. Que me está gustando. 

Lo sigo sintiendo y acarició lo que puedo alcanzar en la posición en la que estoy. Mi silla de escritorio se empieza a mover y pierdo estabilidad. Dice que ya está dentro y que con una de sus manos me está masturbando. “Estas toda mojada”, insiste. “Estas toda mojada y bien rica”, repite. Me ordena que le pida un orgasmo: “Dime que te haga venir”…mis dedos están haciendo una labor extraordinaria y lo único que quiero es llegar al final. 

Gimo: “hazme venir ya, ya, ya”. Me desvanezco sin control sobre la silla que se recorre en sus cuatro llantitas hasta pegar con la pared dejándome caer al suelo. Llego al piso y se me cae el teléfono de la mano izquierda. Entre sollozos terminó con la mano derecha entre las piernas recargando la cabeza sobre el asiento.

Respiro. Tomo el teléfono: “¿sigues ahí?”. Pregunta si acaba de temblar en algún lugar cercano. Nos reímos. Afirma: “qué rico te veniste”. Si, me tiemblan las piernas y siento una excesiva humedad en la entrepierna. Le pregunto cómo está. Contesta que ahora me toca a mi. “¿Qué me vas a hacer?”. Después de este orgasmo puedo someterme a tus deseos. No se lo digo pero lo pienso. “¿Te quieres venir en mi boca?”. Silencio. “O ¿te quieres venir en mi espalda?”.

Dice que me quiere ver las nalgas. Intuye que mi culo es memorable. No le digo que es correcto pero no lo contradigo. Le digo que ya estoy otra vez de rodillas y manos frente a él. Dice que me la mete otra vez y que se vendrá en mi espalda. Dice que tengo la vulva hinchada, que me puse más estrecha. Afirmativo, “me duele”. Se vuelve loco preguntando si me está lastimando. Afirmativo, “me lastimas”. Le digo que venga a mi boca pero insiste en tomarme por atrás, embestir como un toro y nalguearme. Le pido que me jalé el cabello y termine “¿no te quieres venir así?”. Asiente. Alcanzo a escuchar el movimiento de su mano sobre su pene erecto. Puedo sentir a través del teléfono su excitación, su agitada respiración. Me llega una oleada de su olor a sexo y el sudor de lo que está a la altura de la pelvis. Le insisto: “vente, quiero que me embarres todo lo que te va a salir, quiero que me escurra entre las piernas, quiero que…”.

De repente escucho un grito mudo y después un gruñido. Pregunto si un gorila acaba de asaltar su recámara. Puedo imaginar al total desconocido restregando la cabeza contra la almohada con la mano llena de sus flujos blancos, espesos y tibios. 

Intento levantarme del piso. Le digo lo que me pasa. Me caí de la silla y estoy devastada en el suelo. Reímos. Hacemos un par de bromas. Nuestra respiración empieza a recuperar su ritmo. 

En ese momento pienso ¿cómo se despide una persona de un desconocido después de este acto tan anónimo e íntimo? Es más sencillo de lo que creo: “¿El próximo miércoles a la misma hora?”.

Asentí.

Dejamos la intermediación de lado. Borré mis datos de la página y él hizo lo mismo. Nos encontramos como nuestras respectivas parejas para el sexo por teléfono. No hay cosa, posición, situación, forma que no hagamos y palabras que no nos digamos. 

Así yo tengo una cita por teléfono a media semana con un completo desconocido que ya conoce mi lencería y mis aficiones, con el que no me une ni la "relación de amantes distantes", ni la transacción monetaria, sino el inmenso placer de imaginarnos el sexo juntos. 

Ring, ring..."¿Qué traes puesto hoy?"

jueves

A próposito del 8 de agosto: Día Internacional del Orgasmo Femenino


El orgasmo es el punto culminante del placer sexual. Sucede cuando el sistema nervioso central envía órdenes al corazón y este se agita aumentando su ritmo haciendo que la adrenalina dilate las arterias y permita un flujo de sangre más rápido y constante a los músculos de la zona genital. La premura por oxigenar la sangre provoca que la respiración se altere y el sudor aumente debido a la necesidad de liberarse del calor corporal que se genera.  

Desde Kinsey, Masters y Johnson las explicaciones científicas sobre todo lo que nos sucede de los pies a la cabeza cuando tenemos un orgasmo son infinitas. La explicación científica consigna que durante el coito la zona nerviosa perineal se inerva: esto es que el sistema nervioso transmite estímulos a esa parte del cuerpo, entonces la concentración de sangre llega y satura los genitales que se preparan para la descarga de tensión sexual a través de contracciones en los músculos de la región pélvica. En el caso femenino las paredes del útero y la vagina se contraen apretando lo que haya dentro (un vibrador, los dedos de la mano o un pene). Los espasmos de los músculos de la pelvis causan las contracciones en la mujer y la eyaculación en el hombre.

Un orgasmo es una sensación de placer intenso y repentino. Se caracteriza por el aumento de la presión arterial y de la frecuencia del pulso, se experimentan la constricción o estrechamiento del vaso sanguíneo, en las mujeres los pezones se erigen e incluso los senos pueden aumentar ligeramente su tamaño, el clítoris se endurece, la vagina se lubrica, el útero se contrae. Un orgasmo normalmente dura menos de 10 segundos. Tener un orgasmo es resultado de todo un proceso nervioso y fisiológico conectado e integral cuyo funcionamiento deberíamos de conocer. Aunque complejo para ambos sexos es distinto entre hombres y mujeres.

Una de nuestras ventajas -como mujeres- radica en que después del primero podemos seguir experimentando más orgasmos e incluso más intensos, mientras que los hombres requieren de un tiempo –a veces considero que demasiado largo- para recuperarse y tener otro. Además mientras que el orgasmo masculino –expresado en la eyaculación- es vital para la reproducción de la especie humana, yo me pregunto ¿para qué sirve el orgasmo femenino? Con el nivel de anorgasmia que existe en el mundo seríamos la mitad de la población si nuestros orgasmos contribuyeran en algo a este respecto.

Algunos teóricos desde la sicología y la biología han querido explicar la necesidad (occidental y co-occidental) femenina por experimentar placer. Por ejemplo, según una perspectiva darwinista, el orgasmo provoca que la mujer repose después del sexo reteniendo el semen e incrementando la posibilidad de concepción (“la prima de una amiga que vive cerca de la casa de mi mamá” generalmente se levanta al baño y orina liberándose así de una gran cantidad de semen de forma inmediata). Otros proponen, menos errados creo yo, que el orgasmo femenino promueve que la mujer genere vínculos afectivos e intimidad con su pareja (en ese momento), mostrando satisfacción por y con el compañero. De eso no tengo duda. Pero según esta visión dicho vínculo e intimidad facilitaría –en un determinado caso- la conformación de parejas y de familias, perpetuando así la especie. Estas explicaciones científicas olvidan muchísimos otros factores relacionados a nuestra subjetividad, instinto y necesidades como mujeres que trascienden la “imperiosa necesidad” de reproducirnos.

Si bien el orgasmo femenino no es útil para la reproducción de la especie si ha sido blanco de todo tipo de represiones. La ablación del clítoris en países como Somalia y el aumento en el porcentaje de mujeres violadas sexualmente son ejemplos escandalosos y dramáticos de esto. El excesivo control sexual que las mujeres padecen en el mundo contrasta con la libertad que en ciertos países (occidentales) y bajo ciertas culturas pocas pueden ejercer.

¿Por qué es tan peligroso el orgasmo femenino? ¿A quién ofendemos teniendo, buscando y pidiendo placer? ¿Qué amenazamos ejerciendo nuestro legítimo derecho a “venirnos” como lo hacen los hombres?

Dicen que el orgasmo es de quien lo trabaja (“la prima de una amiga que vive cerca de la casa de mi mamá” dice que por eso a ella le salen bien). Pero para “trabajarlo bien” hay que tener conocimiento, liberar el cuerpo, la mente pero también el espíritu y tener plena conciencia de cómo se alinean e integran cuando se está experimentando el coito. ¿Es este conocimiento tan amenazante?

Dice “la prima de una amiga que vive cerca de la casa de mi mamá” que el orgasmo (múltiple o expandido) es la explosión de una energía contenida que se va acumulando durante el coito. Lo ha comparado a la fuerza de una ola que revienta contra las rocas y después vuelve a la calma marea, al sonido de un tren saliendo del túnel, a un remolino que levanta techos, a un cohete espacial dejando su base y a una carcajada de los otros labios (por eso “la prima de una amiga que vive cerca de la casa de mi mamá” se ríe cuando viene para acompañar la otra risa). Yo creo que es difícil encontrar un paralelismo pues junto a fenómenos meteorológicos un orgasmo suena a algo muy pequeño, aunque en proporción se invierta una cantidad enorme de energía. Dentro de nosotras puede equivaler a la explosión de una bomba atómica.

Abogo porque la información científica sobre nuestros procesos fisiológicos, psíquicos y nerviosos sea parte de nuestra educación en general y de nuestra cultura popular para entender lo que le pasa a nuestros cuerpos cuando se alteran, se agitan, se tensan y se relajan. Todo lo que esto implica afecta nuestras relaciones sociales y humanas en general, y tiene consecuencias importantes en nuestra relación con nosotr@s mism@s, por eso este conocimiento tenemos que socializarlo, no solamente con mujeres cercanas y de nuestra generación y clase sino con el amplio espectro de diferencias que constituyen los géneros femeninos.

El 8 de agosto es el día internacional del orgasmo femenino. Alguien me preguntaba ¿porqué no hay un día del orgasmo masculino? Me parece que las cifras son elocuentes. Mientras los altos niveles de anorgasmia femenina entristecen a partir de encuestas que se practican  -seguramente- en ciudades  (no imagino los porcentajes si se encuestaran a mujeres indígenas, marginadas, pobres, que jamás han escuchado la palabra “clítoris”, mucho menos “orgasmo”), la anorgasmia masculina es casi inexistente. No creo que deba haber un día para promover el orgasmo masculino partiendo de que este a veces se experimenta incluso en contra de la voluntad de la mujer. Sin embargo la lucha femenina por el libre ejercicio de nuestra sexualidad y acceso a relaciones sexuales placenteras y satisfactorias sin cargar con un estigma si es en muchas partes del mundo una batalla pendiente de ganar.

Recomendaciones:
Betty Dodson, “The Orgasm Doctor": Two Private Hands-on Sex Coaching Sessions DVD.
El clásico e indispensable libro del Dr. Alex Comfort, The Joy of Sex
http://pijamasurf.com/2012/07/10-senderos-hacia-el-orgasmo-femenino/

domingo

“Escucha baboso, yo elijo a quien me cojo”. La marcha de las putas 2012



La palabra “puta” ha empezado a centrarse en una discusión interesante desde el escándalo en Canadá en enero de 2011 cuando Constable Michael Sanguinetti, un oficial de policía, dando una charla sobre prevención del crimen en la Universidad de York, expresó: "Me dijeron que no debería decir esto –sin embargo, las mujeres deberían de evitar vestirse como putas para no ser víctimas”.

Escandalizadas con justa razón, las feministas canadienses Sonya Barnett y Heather Jarvis hicieron un análisis para deconstruir la palabra y entender las implicaciones peyorativas, ofensivas y de dominación histórica que tiene. Se dieron cuenta de que la carga emocional, sicológica y moral era tan fuerte que generaba sólo sentimientos negativos en las mujeres. Quienes eran acusadas de ser “putas” se sentían inferiores, cargaban con culpas y eran por supuesto más fácilmente subordinadas por el poder masculino.

Entonces decidieron utilizar la palabra Slut para organizar una marcha que dejara claro que “tener el control de nuestras vidas sexuales no significa estar abiertas a la violencia, independientemente de que participemos del sexo por placer o por trabajo”. La primera “SlutWalk” se realizó el 3 de abril de 2011 en Toronto. Se convocaron a mujeres de todos los estratos y ámbitos sociales. No había un código para vestirse, sin embargo muchas de ellas aparecieron en ropa provocadora, escotada y muy corta para retar justamente lo dicho por el oficial de policía unos meses atrás.

Algunas feministas y académicas afro-americanas o de países como India -en donde se ha desarrollado un feminismo muy particular devenido de un sistema de castas-, consideran que la convocatoria de marchar por reivindicar la palabra “puta” no es una prioridad del movimiento de mujeres partiendo de sus propias situaciones de racismo, subordinación social y económica. Consideran incluso que la reivindicación del término promueve la dominación de la mujer y su imagen como objeto sexual. En otros países, no obstante, las expresiones peyorativas y ofensivas se han considerado la base de un discurso hegemónico y patriarcal que sostiene a todo un régimen de poder que debería ser abolido. 

En poco tiempo otros grupos de mujeres en grandes ciudades del mundo se unieron a la acción y nutrieron desde sus propios contextos las ideas en torno al sentido y significado de la palabra Puta. En México se organizó la primera “Marcha de las Putas” en la capital el 12 de junio del 2011, que no fue de sexo-servidoras sino de mujeres protestando contra la violencia de los hombres que, en su estrecho criterio, se justifica al juzgar el comportamiento o la apariencia de las mujeres como “indebidos”.

“Puta” en un país como México no es nada más una prostituta o quien entra en una red de trata de personas y se ve esclavizada al comercio sexual. En el discurso masculino “puta” también es la mujer que tiene experiencias sexuales varias, la que no llega virgen al matrimonio, la que empezó a tener relaciones muy joven, la que viste minifalda y baila ebria en un bar, la que habla y escribe sobre sexo, la que “le pone el cuerno” al marido, la que se acuesta con su vecino, la amante de alguien, “la otra”, la secretaría que le hace trabajos al jefe, la que “anda bien caliente”, la que toma la iniciativa cuando se siente atraída por un hombre y se lo lleva a su casa aunque únicamente sepa su nombre…o a veces ni eso.

Como estas son prácticas y situaciones que experimentamos y vivimos muchas mujeres en México, y como somos víctimas del estigma y seguimos relacionándonos con desigualdad en un mundo aún muy masculino, el 13 de junio pasado se realizó la segunda “Marcha de las Putas” en la ciudad de México.




En esta ocasión a la intención de re-significar la palabra Puta, se añadieron una serie de demandas, propias del movimiento feminista y de mujeres, en torno al acceso a la justicia y a servicios integrales de salud para quienes son víctimas de violencia sexual. También se exigió promover la denuncia y las sanciones contra servidores públicos que ejerzan la violencia de género, ya sea esta física o verbal, porque esta discriminación empieza desde el Estado y las instituciones que juzgan y minimizan a las mujeres cuando estas acusan violencia de cualquier tipo.
 
En el país ocurren 120 mil violaciones por año según reporta la Secretaría de Salud, o sea 1 cada 4 minutos. El 65% de estas suceden entre la población de mujeres de entre 10 y 20 años de edad. En este escandaloso escenario lo que subyace es el machismo estructural que cree el cuerpo femenino de su propiedad. Están las ideas de que las mujeres no tenemos el mismo derecho de ejercer una sexualidad libre y abierta porque estamos a merced de un pene que decide por nosotras cuando tenemos que abrir las piernas aunque no queramos.

Independientemente de las marchas, la discusión sobre el contenido de la palabra seguirá su curso y le avizoro mayor debate. Yo, contrario a lo que me fue dicho hace algunos meses, no creo que se esté romantizando la palabra. Lo que me parece es que hay una idea entre quienes participan de estas marchas de que la palabra se tiene que resignificar o de que lo que la contiene debe trascender la idea del comportamiento femenino y de lo que es o no apropiado en las mujeres.



En el fondo parte de esta discusión es sobre cómo se conciben los cuerpos femenino y masculino, qué se hace con ellos, qué significan, en qué se convierten y qué funciones tienen en el mantenimiento de un sistema capitalista, sexista y patriarcal que enajena y nos limita la libertad y el ejercicio pleno de nuestra sexualidad.

Comparto la opinión de algunas de las voceras de la marcha en la ciudad de México: urge re-educarnos, cuestionar nuestras creencias y abolir nuestros pre-juicios y lo que deviene del “sentido común”. Eso empezará tronando el régimen secuestrado por políticos -mujeres y hombres- conservadores, servidores públicos misóginos y machistas que criminalizan a las mujeres y han hecho caso omiso al grave problema de la violencia de género y del feminicidio desde principios de la década de los 90.

Después tendremos que generar otro discurso para nombrarnos, para enunciar lo que somos y hacemos en los ámbitos del sexo y la sexualidad. Empezar también a aceptar y respetar nuestros cuerpos, resignificar las palabras con las que nos enunciamos y enunciamos a los demás. 

Reventar el discurso hegemónico es una urgencia de todas y todos…y entonces la re-evolución será.

No matter what I wear
No matter what I look like
No matter what my gender expression is
No matter how much, how little or what kind of sex I have
No matter what I've done before
No matter where I come from
No matter how my body has been 'devalued' by others
No matter what I've been called
MY BODY IS NOT AN INSULT.



Info: http://www.slutwalktoronto.com/