El orgasmo es el punto
culminante del placer sexual. Sucede cuando el sistema nervioso central envía
órdenes al corazón y este se agita aumentando su ritmo haciendo que la
adrenalina dilate las arterias y permita un flujo de sangre más rápido y
constante a los músculos de la zona genital. La premura por oxigenar la sangre
provoca que la respiración se altere y el sudor aumente debido a la necesidad de
liberarse del calor corporal que se genera.
Desde Kinsey, Masters y Johnson
las explicaciones científicas sobre todo lo que nos sucede de los pies a la
cabeza cuando tenemos un orgasmo son infinitas. La explicación científica consigna
que durante el coito la zona nerviosa perineal se inerva: esto es que el
sistema nervioso transmite estímulos a esa parte del cuerpo, entonces la concentración
de sangre llega y satura los genitales que se preparan para la descarga de
tensión sexual a través de contracciones en los músculos de la región pélvica.
En el caso femenino las paredes del útero y la vagina se contraen apretando lo
que haya dentro (un vibrador, los dedos de la mano o un pene). Los espasmos de
los músculos de la pelvis causan las contracciones en la mujer y la eyaculación
en el hombre.
Un orgasmo es una sensación de
placer intenso y repentino. Se caracteriza por el aumento de la presión
arterial y de la frecuencia del pulso, se experimentan la constricción o
estrechamiento del vaso sanguíneo, en las mujeres los pezones se erigen e
incluso los senos pueden aumentar ligeramente su tamaño, el clítoris se
endurece, la vagina se lubrica, el útero se contrae. Un orgasmo normalmente
dura menos de 10 segundos. Tener un orgasmo es resultado de todo un proceso nervioso
y fisiológico conectado e integral cuyo funcionamiento deberíamos de conocer. Aunque
complejo para ambos sexos es distinto entre hombres y mujeres.
Una de nuestras ventajas -como
mujeres- radica en que después del primero podemos seguir experimentando más
orgasmos e incluso más intensos, mientras que los hombres requieren de un
tiempo –a veces considero que demasiado largo- para recuperarse y tener otro.
Además mientras que el orgasmo masculino –expresado en la eyaculación- es vital
para la reproducción de la especie humana, yo me pregunto ¿para qué sirve el
orgasmo femenino? Con el nivel de anorgasmia que existe en el mundo seríamos la
mitad de la población si nuestros orgasmos contribuyeran en algo a este
respecto.
Algunos teóricos desde la
sicología y la biología han querido explicar la necesidad (occidental y
co-occidental) femenina por experimentar placer. Por ejemplo, según una
perspectiva darwinista, el orgasmo provoca que la mujer repose después del sexo
reteniendo el semen e incrementando la posibilidad de concepción (“la prima de
una amiga que vive cerca de la casa de mi mamá” generalmente se levanta al baño
y orina liberándose así de una gran cantidad de semen de forma inmediata).
Otros proponen, menos errados creo yo, que el orgasmo femenino promueve que la
mujer genere vínculos afectivos e intimidad con su pareja (en ese momento), mostrando
satisfacción por y con el compañero. De eso no tengo duda. Pero según esta
visión dicho vínculo e intimidad facilitaría –en un determinado caso- la
conformación de parejas y de familias, perpetuando así la especie. Estas
explicaciones científicas olvidan muchísimos otros factores relacionados a
nuestra subjetividad, instinto y necesidades como mujeres que trascienden la
“imperiosa necesidad” de reproducirnos.
Si bien el orgasmo femenino no
es útil para la reproducción de la especie si ha sido blanco de todo tipo de
represiones. La ablación del clítoris en países como Somalia y el aumento en el
porcentaje de mujeres violadas sexualmente son ejemplos escandalosos y
dramáticos de esto. El excesivo control sexual que las mujeres padecen en el
mundo contrasta con la libertad que en ciertos países (occidentales) y bajo
ciertas culturas pocas pueden ejercer.
¿Por qué es tan peligroso el
orgasmo femenino? ¿A quién ofendemos teniendo, buscando y pidiendo placer? ¿Qué
amenazamos ejerciendo nuestro legítimo derecho a “venirnos” como lo hacen los
hombres?
Dicen que el orgasmo es de quien
lo trabaja (“la prima de una amiga que vive cerca de la casa de mi mamá” dice
que por eso a ella le salen bien). Pero para “trabajarlo bien” hay que tener
conocimiento, liberar el cuerpo, la mente pero también el espíritu y tener
plena conciencia de cómo se alinean e integran cuando se está experimentando el
coito. ¿Es este conocimiento tan amenazante?
Dice “la prima de una amiga que
vive cerca de la casa de mi mamá” que el orgasmo (múltiple o expandido) es la explosión
de una energía contenida que se va acumulando durante el coito. Lo ha comparado
a la fuerza de una ola que revienta contra las rocas y después vuelve a la
calma marea, al sonido de un tren saliendo del túnel, a un remolino que levanta
techos, a un cohete espacial dejando su base y a una carcajada de los otros
labios (por eso “la prima de una amiga que vive cerca de la casa de mi mamá” se
ríe cuando viene para acompañar la otra risa). Yo creo que es difícil encontrar
un paralelismo pues junto a fenómenos meteorológicos un orgasmo suena a algo
muy pequeño, aunque en proporción se invierta una cantidad enorme de energía. Dentro
de nosotras puede equivaler a la explosión de una bomba atómica.
Abogo porque la información
científica sobre nuestros procesos fisiológicos, psíquicos y nerviosos sea
parte de nuestra educación en general y de nuestra cultura popular para
entender lo que le pasa a nuestros cuerpos cuando se alteran, se agitan, se
tensan y se relajan. Todo lo que esto implica afecta nuestras relaciones
sociales y humanas en general, y tiene consecuencias importantes en nuestra
relación con nosotr@s mism@s, por eso este conocimiento tenemos que socializarlo,
no solamente con mujeres cercanas y de nuestra generación y clase sino con el
amplio espectro de diferencias que constituyen los géneros femeninos.
El 8 de agosto es el día
internacional del orgasmo femenino. Alguien me preguntaba ¿porqué no hay un día
del orgasmo masculino? Me parece que las cifras son elocuentes. Mientras los
altos niveles de anorgasmia femenina entristecen a partir de encuestas que se
practican -seguramente- en ciudades (no imagino los porcentajes si se encuestaran
a mujeres indígenas, marginadas, pobres, que jamás han escuchado la palabra
“clítoris”, mucho menos “orgasmo”), la anorgasmia masculina es casi
inexistente. No creo que deba haber un día para promover el orgasmo masculino
partiendo de que este a veces se experimenta incluso en contra de la voluntad
de la mujer. Sin embargo la lucha femenina por el libre ejercicio de
nuestra sexualidad y acceso a relaciones sexuales placenteras y satisfactorias
sin cargar con un estigma si es en muchas partes del mundo una batalla pendiente de ganar.
Recomendaciones:
Betty
Dodson, “The Orgasm Doctor": Two Private Hands-on Sex
Coaching Sessions DVD.
El
clásico e indispensable libro del Dr. Alex Comfort, The Joy of Sex
http://pijamasurf.com/2012/07/10-senderos-hacia-el-orgasmo-femenino/
http://pijamasurf.com/2012/07/10-senderos-hacia-el-orgasmo-femenino/