La relación de pareja estaba
lejos de terminar cuando Hanna y Simon, en el inicio de sus 40’s, deciden
casarse después de 20 años de vivir juntos.
Era una formalidad. Había indicios de rutina, de cotidianidad
desgastada, pero evidentemente había amor y todavía había sexo.
Ella, una presentadora de un
programa intelectual de televisión y él, un ingeniero que desarrolla proyectos
artísticos de grandes esculturas, conocen en diferentes circunstancias a Adam
un científico encaminado en el estudio de las células madre. Esta casualidad
los torna un trío en la maravillosa ciudad de Berlín, que también se presenta
como un personaje -el repositorio que
los acoge entre sus calles, edificios y vida llena de energía-. Toda la
película suspiré los años que pasé en esa wunderware Stadt!
…
Escape
Ir a casa
Ser infiel
Arrepentirse
No casarse
No tener hijos
No vivir juntos
Vivir juntos
…
El director alemán Tom Tykwer
presenta una película cuyo argumento no confronta con situaciones anómalas,
sino con un lugar común: las relaciones paralelas, lo que mucha gente entiende
como infidelidad. Ese ADULTERIO.
Hanna y Simon se involucran con
Adam, sin que ninguno sepa el vínculo que están generando al compartir al mismo
amante. Simon, quien se descubre atraído -¿por primera vez?- a un hombre y
Hanna quien se siente seducida -¿por primera vez?- por otro hombre que no es su
compañero, se aventuran por el camino de la doble vida. Gracias a la edición
podemos ver el transcurrir simultáneo de sus vidas,
frustraciones y deseos. Sin pretensiones, ni vanidades, los tres berlineses
mantienen –por separado- conversaciones inteligentes, cínicas y amenas.
En Drei (Tres), encontramos la
vida de una ciudad que se encarna en gente normal con muchas ocupaciones, que
comparte muchos espacios y sitios en donde la casualidad no es una probabilidad
de 1 a 100, sino un elemento “Kieslowskiano” que genera escenas memorables como
la que ocurre cuando Hanna y Simon acuden a la inauguración de una exposición
–creo haber reconocido que fue en el museo Martin Gropius-Bau- y ven al mismo
tiempo la llegada de Adam.
Los estudios celulares y
microscópicos de este, se presentan como una metáfora, como una visión biotecnológica
y contemporánea de la vida actual. Pero ni el comportamiento ni las
preferencias sexuales pueden ser explicadas a partir de la biología y la
ciencia exacta. Por eso se prescinde de diálogos en torno a la homosexualidad o
bisexualidad. Está, en cambio, la subjetividad, la emoción y la pasión que no
siempre tienen explicaciones racionales. Esta el desgaste, la necesidad de
experimentar y aprender, la rutina que consume de a poco y la atracción
repentina como un proceso que nos descubre cosas que no conocíamos de nosotros mismos.
Nada de sexo
Seguir
Envejecer
Seguir
Lento
Más lento
Te mueres
La película se antoja la
presentación sin pretensiones de situaciones que están cada vez más cercanas a
nosotros. La regeneración del amor y el erotismo a partir de compartirse con
más de una persona, el adulterio como una opción consensada, la posibilidad de
abrir nuestras opciones a ambos sexos y de compartir nuestras formas masculinas
y femeninas. Detrás de una relación de pareja que se presenta normal, acomodada,
fácil, encontramos los recovecos de la personalidad y la subjetividad individual
que sorprende y los multiversos que nos habitan: Simon se está tratando un
cáncer, Adam tiene un hijo y múltiples pasatiempos y Hanna a pesar del amor no
expresa convicción de la vida en pareja.
Sin ser explícitas las escenas
eróticas entre Simon y Adam son cachondas, mientras que las de Adam con Hanna
me avivaron recuerdos de una unbenennbar Strasse en Berlin. Mein Gott!
De esto y otras cosas trata Drei.
Pero no se queda en el triángulo irresuelto, sino que propone, a partir de la
decisión de Hanna, de lo que Simon asume y reconoce y del gran amor que Adam
siente por los dos, una opción valiente y gozosa para vivirlo. Cuando llega el
momento de la confrontación, Tykwer prescinde del melodrama. Después de la
distancia que Hanna impone, los tres personajes resuelven ese asunto compartido
–que es el amor y el deseo- reconfigurando sus vidas, sus emociones y sus
maneras de relacionarse.
La doceava película de Tykwer es
un rocío de brisa que refresca exponiendo cosas que a muchos nos podrían
suceder, cuestionando estándares de relaciones y expresando esas múltiples
maneras de generar intimidad. Porque tres, en el amor, la cama y la mesa, últimamente
no me parecen una multitud.
Yo quiero un final como el de
Hanna Blum con todo y Space Oddity de himno de fondo.
Drei (Alemania, 2010)
Director: Tom Tykwer
Con:
Sophie Rois (Hanna), Sebastian Schipper (Simon) and Devid Striesow (Adam)