3.12.2001: “Five different
tastes clashed on my palate, the five flavors of five men. Every flavor told
its story, every potion bespoke my shame”.
Lo escandaloso no fueron las
escenas explícitas de sadomasoquismo y sexo colectivo. Lo inaudito fue que todo
eso se describiera en un diario de una chica de 14 años en la ciudad de Catania.
“Cento colpi de spazzola prima
di andare a dormire” (Italia, 2003) es el diario editado y publicado de Melissa
P., una chica que descubre su despertar a la vida sexual en la segunda ciudad más
grande Sicilia.
El texto inicia el mes de julio del
2000 y termina en mayo del 2002. En él Melissa P. pone al descubierto un
sub-mundo que existe y se construye de una serie de prácticas, discursos
sexistas y supuestos “tabúes” que según se puede leer, en el contexto italiano
no son tales: es el universo de las adolescentes, que no adolece de
oportunidades para tener todo tipo de experimentaciones sexuales.
Desde su primera edición el
libro se convirtió en un best-seller en Italia y fue traducido a varios
idiomas. El éxito fue inmediato.
Melissa con el tono de una
adolescente que explora pero que también analiza, da cuenta de lo que chicas de
su edad pasan cuando, en busca de lo que ellas entienden por amor, se
encuentran siguiendo sus instintos confundiendo a veces el sentimiento con el
deseo.
23.02.2002: “He approached and aimed for the target. I wanted him to
tell me how I was offering myself to him: a little slut who never gets enough”.
La lectura de un diario que se
vende como las vivencias “ficticias” de una chica preparatoriana asombra. El
nivel en el que Melissa P. se relaciona sexualmente, a través de grupos de chat en
internet, anuncios personales en la prensa y su red de la escuela, sorprende
por la calidad de su madurez, ¿o es que es natural que las chicas de 15 años
participen de sexo con cinco hombres o se vean en departamentos clandestinos
con hombres casados? ¿es natural que a esa edad la búsqueda sea tan incesante,
caliente y arriesgada? Probablemente si, y por eso el libro se convirtió en una
referencia para mujeres de distintos lugares y edades.
22.03.2002: “I know, Diary. I’ve
hurt myself, I’ve no respect for me, for my person, which I say I love so much.
I’m not so sure I love myself as I once did: a girl who loves herself doesn’t
let her body be violated by any man whatsoever, without a specific reason and
without even any pleasure”.
Cuando Melissa P. escribió las
páginas de ese diario vivía con su mamá, acudía a la preparatoria, tenía pocas
amigas, se encontraba con algunos de sus amigos, bebía poco, no le gustaba
fumar porro, manejaba una vespa, se
masturbaba frente al espejo para descubrir sus límites y necesidades, se sabía bella y deseada.
Buscaba el amor, la compañía, dejar de sentir esa soledad muy propia de
nuestros tiempos que a mucha gente –independientemente de su edad- asusta.
24.02.2002: “Yesterday I had
Valerio, and that was enough for me; today I’m alone, and I’m not enough for
myself (why am I not anymore?)”
Melissa nos cuenta cómo se deja
hacer, se permite dominar y ser dominada, se construye juguete de sus hombres y
hace de ellos sus juguetes. No se limitó al género masculino pues las mujeres
no quedaron sólo en sus fantasías, aunque fue más constante su afición por el
sexo con hombres. No obstante la práctica sexual el camino de Melissa P., como
el de muchas chicas de su edad, es la exploración de su propia subjetividad
femenina, mujeril y sexuada, pero también de la búsqueda de una persona con
quien compartir(se), aunque eso la lleve a encuentros repulsivos y, en algunos casos, degradantes.
22.03.2002: “I would’ve seen the
monster that everyone wants me to become. I can’t allow myself to become that,
I can’t allow them to want it. I am dirty; only Love, if it exists, can cleanse
me again”.
La autora aborda el cuerpo como
un ente que en ocasiones se presta y comparte sin que esté conectado con su conciencia. Vive
relaciones y encuentros paralelos con conocidos y desconocidos. Los encuentros
con Letizia, una chica que conoce a través de internet, se dan eventualmente y
la confunden. Pero ni siquiera hay una diatriba sobre la homosexualidad o la
bisexualidad. Para Melissa P. el sexo con una mujer es igual al sexo con un
hombre, contar con esa certeza a esa edad asombra.
23.02.2002: “Tonight I learned
that letting yourself go with someone you like, someone who overwhelms your
senses, is a sacred thing”.
Para esta chica de 15 años, el
sexo a veces puede ser sagrado. Sin embargo Melissa P. trasciende a su
espiritualidad para estar o sentirse acompañada ¿porqué distraer a la soledad
puede confundir calentura con amor? ¿Es ese acaso el camino por el que pasan muchas mujeres cuando se inician a la vida sexual en plena adolescencia?
Para mayo de 2002 en el diario Melissa
P. nos cuenta cómo se enamora de su profesor de matemáticas e inician un
acercamiento. Describe con detalle sus encuentros sexuales y las formas
que van tomando el sentimiento y la emoción. Se confunde. Quiere una
relación abierta que trascienda el sexo, pero no quiere forzar compromisos. El
profesor es un hombre mayor que tampoco se relacionaría con una alumna de una
manera distinta a la que ya existía entre él y ella en el asiento trasero de
un coche. No obstante la atracción es fuerte y a veces rebelde, Melissa P.
encuentra que su entraña quiere algo más que la penetración y el coito
enloquecedor:
“When (my panties and I) are
with you, in your arms, (we) are free of any impediment, any chains. Yet the
spirits have met a wall in their flight, the horrendous and unjust wall of
time, which passes slowly for one, fast for the other, a series of figures that
keeps us at arm’s length. I hope your mathematical intelligence might offer you
some hints on how to solve this terrible equation. But not only this: you
recognize only one part of me, even though you have liberated two. And that
isn’t the part I would like to let live on its own. It’s up to you to decide
whether to bring about a change in our relationship, whether to make it become
more…”spiritual”, a tad more profound. I put my trust in you.”
La crítica fue benévola con
Melissa Panarello. No era para menos. Publicó su diario a los 17 años
admitiendo que muchas o varias de sus narraciones eran experiencias vividas. Lo
que menos importaría sería la veracidad de lo narrado, sino la profundidad con
lo que está hecho.
Se atrevieron a comparar su
libro con “La vida sexual de Catherine M.” ya reseñado en este espacio (http://cocinaycama.blogspot.mx/2011/01/no-me-fue-concedido-de-entrada-un.html) y el cual, a mi parecer está
muy por encima de este que ahora me ocupa.
Sin embargo se agradece que
Melissa P. prescinda de lugares comunes románticos. Rompe con la idea del cuarto rosa de una chica, lleno de osos de peluche, corazones pegados en la puerta y fotos de los cantantes o actores del momento. Melissa P no tuvo tiempo de eso. El diario de esta joven
capta la atención y deja pensando en situaciones que mujeres –quizá mayores-
aún no se atreven a expresar, ni mucho menos a experimentar.
“Cien cepilladas antes de irse a
dormir” puede sonar metafórico. No sé si en italiano “cepillarse a alguien”
tenga algún sentido. Pero para Melissa P. las cepilladas antes de ir a dormir
no eran las horas entre penes y fluidos varios, eran sus momentos de soledad,
viéndose al espejo, cepillándose su largo cabello, reconociendo cómo su cara
iba cambiando a medida que su mente y su sexualidad también lo hacían. Eran los momentos
en los que reproducía en su cabeza los recuerdos del día para después dejarlos
en las hojas de su diario.
Melissa P, (2004) 100 Strokes of the Brush Before Bed, Black Cat, New York.
Hay una película italiana homónima basada en el libro.