sábado

Hoy mi vida...

Mi vida hoy tiene sexo todos los días. Buena comida y bebida. Mucho tiempo para compartir a la mesa y en la cama. Se acabaron las tardes de soledad, las noches con la mano entre las piernas, las mañanas tratando de mantener el sueño erótico. Mi sueño tiene carne, dura, larga y gruesa, de día y de noche.
Mi vida hoy tiene besos calientes, un cuerpo tibio, una risa cómplice y una petición distinta todos los días: pollo, vagina, pasta, culo, mariscos, boca, sushi, cara. Se terminaron las recetas de “Cocina para dos” que yo realizaba para dos días seguidos. Ya no repito guisado, aunque repita embutido.
Mi vida hoy tiene miradas libidinosas, un paladar exigente, una botella de vino a la hora de la cena y posiciones acrobáticas en la cama. Se puso fin a las tardes imaginando, a las noches fantaseando, a los días extrañando. Ahora él esta aquí, a mi lado, haciéndose presente en olor, calor, textura, sabor, como un buen estofado al horno, como un buen asado a la madera, como una ensalada fresca, como una sopita caliente, como el dulce del postre.
Mi vida hoy tiene una estufa que se usa todos los días como la cama en la que se duerme y se coge, como debe ser, como, si existiera, dios mandaría.