viernes

mi rebelión cotidiana...

¿Por qué es tan condenadamente incompresible que una mujer hable sobre sexo? ¿y por qué sería normal que sólo hablara de cocina? ¿no son ambas actividades parte del ámbito domestico y privado al que hemos sido confinadas históricamente las mujeres? O ¿la parte de lo sexual en lo doméstico no nos pertenece porque nuestro lugar es la cocina? Entonces la cama ¿es de ellos? ¿y nosotras abrimos las piernas y dejamos que por ahí pase lo que tenga que pasar? O mejor dicho, que entre lo que tenga que entrar.

Agentes pasivas
…mis ovarios.

Encuentro absolutamente pasado de moda volver a la discusión de lo publico y lo privado porque creo que esta dicotomía ha sido rebasada y se ha probado ya su ineficacia explicativa cuando se aplica a estudiar las relaciones de género.

Las mujeres han sido históricamente agentes activas, tanto en la cama como en otros lugares de la casa y fuera de esta. Que no haya registro histórico y que haya apenas evidencia de su participación en la historia del desarrollo de la sexualidad tiene que ver con los autores de la historia (la his-tory que no es her-story).

La antropología social y cultural se ha acercado a culturas y grupos en donde el sexo como actividad y práctica ha sido estudiado en el contexto de la socialización, de la organización matrilineal de las sociedades, de los intercambios y alianzas intergrupales a través del matrimonio, y también del ejercicio de poder. Este último un eje de análisis importante.

En culturas con ideologías religiosas menos arraigadas (o menos fundamentalistas) como las más conocidas en el mundo, las mujeres cuentan con mas libertad sobre su cuerpo. El concepto de virginidad, pureza y cosas similares que provienen de la tradición judeo-cristiana son inexistentes y no forman parte de la escala de valores que dichas sociedades tienen. Las mujeres ejercen un poder derivado de su capacidad reproductiva, que no en todos los casos las hace pertenecer a la segunda clase de ciudadanas de los lugares en los que viven. La división cultura-naturaleza ahí tienen otras consecuencias .

Nosotras por el contrario venimos cargando con una serie de prejuicios y prenociones sobre nuestro comportamiento sexual básicamente normativo. A nosotras la naturaleza nos doto de algo que en lugar de ser apreciado como una fantástica capacidad nos delego al mundo hogareño de la procreación y la domesticidad con lema incluido: "calladita te ves más bonita".

Afortunadamente las cosas han cambiado para muchas mujeres. Especialmente en ciudades grandes y entre las clases medias. El acceso a la educación y al mundo laboral, la facilidad de viajar, de expresar ideas y la certeza de que somos capaces de hacer lo que queremos pintan un panorama completamente distinto para muchas de nosotras.

Es básicamente un triunfo que las mujeres desde hace unas décadas podamos hablar, escribir, cantar y fantasear sobre sexo en sociedades tan machistas, misóginas y poco liberadas como las nuestras. Un triunfo aun mayor es que podamos hablar con nuestras parejas para decirles lo que queremos, lo que nos gusta, lo que no nos gusta, lo que nos calienta, lo que nos excita y lo que nos apaga, sin el temor de ser consideradas unas prostitutas. Es nuestro derecho dejar de engrosar los porcentajes mundiales de anorgasmia que tienen a la gente estresada, cohibida e infeliz.

Esa ha sido mi pequeña revolución y mi pequeña resistencia. Cotidiana, diaria, sin complejos y sin complicaciones. No hacer lo que no quiero hacer, o no hacerlo cuando no quiero. Decir lo que deseo y escuchar lo que la otra persona desea. Complacer, ser complacida. Soy cogelona y ¿que?, también soy tragona, bailadora, viajadora, lectora y muchas otras cosas mas. Ejerzo el derecho de tener el sexo que quiero, como lo quiero, con quien lo quiero y cuantas veces lo quiero.

El sexo me alimenta y me libera. Es parte de mi ser animal, pero también es parte de mi ser humano. Escribir sobre sexo me divierte y me gusta tanto como escribir sobre comida, o como hablar sobre mis viajes. Es un mundo en si mismo. Y ese mundo es nuestro y también podemos compartirlo. Esta es mi manera…

Salud!